La Moda y gastronomía van de la mano, es pura innovación y creatividad luchando por la felicidad de los consumidores. Los dos comparten la tarea de transmitir la iniciativa, el criterio, la historia. Hace tiempo que la gastronomía dejó de ser solo una necesidad elemental. Desde hace años se le ha dado un toque trendy cocinando platos irresistibles.
En la pasarela tienen la oportunidad de ver la mezcla de tejidos, colores, texturas, líneas… como un gran chef juega con los sabores, tonos, combinaciones y más. Tanto el diseñador como el chef son personas creativas que juegan a sorprender y conectar con sus consumidores.
La gastronomía también sigue las tendencias, al igual que la moda, porque trabajan a favor de la sostenibilidad. Comparten el hecho de que desarrollan un lenguaje propio e integran al consumidor en la experiencia. Están tratando de encontrar una forma de expresión, sofisticación y diferenciación.
La moda y la gastronomía siguen estando destinadas a ser disfrutadas, accesibles por los ojos y hacernos sentir mejor. La alta costura es como la alta cocina, y en ambos casos el proceso creativo es primordial. Y el resultado final es la seña de identidad del autor.
Hoy en día, sin embargo, la atención se centra en la artesanía y la calidad. El punto clave que une estos dos universos es la pasión por la sostenibilidad. Hay bastantes expertos de ambos sectores que apuestan por propuestas más respetuosas con el mundo. El diseño atrevido y los materiales sostenibles siguen estando de moda, al igual que la gastronomía responsable.
La moda en gastronomía es conseguir un kilómetro cero de productos y no dejar que los alimentos acaben en la basura. Comer es un placer, pero también es un acto de responsabilidad con el medio ambiente. Por ello, siguen surgiendo nuevas alternativas y hábitos alimentarios que cuidan al mundo, como es el caso de la cultura vegana. Cada vez tiene más adeptos y quién sabe si se convertirá en la cultura dominante en unos años.
Healthy cobra vida propia y llena las redes sociales con imágenes cautivadoras. Los desarrollos culinarios se benefician de elementos que tienen sentido y cuentan una historia. Lo mismo ocurre con la ropa. Hablamos de que el producto entra por los ojos, pero también de la conexión con el comprador en otro nivel.
Por: Luis Enrique Alvarado Mendez